jueves, 22 de septiembre de 2016

Meditación y Realidad

Para comenzar, una pregunta que parece sencilla pero que pocos pueden responder.

¿Qué es la realidad?

Si dices que la realidad es aquello que puedes sentir, oler y tocar, entonces la realidad no es más que pequeños impulsos eléctricos que tu cerebro interpreta (tomado de Matrix).

Cuando soñamos, todo nos parece real. No importa si ves a un centauro, si puedes tocar la luna o conocer a alguien que esté muerto. Creas un mundo irreal pero lo tomas como una experiencia real; he allí la máxima refutación a lo que es la realidad.

¿Acaso estas soñando?

Maestros como Buda y Jesus lo han advertido. Estamos dormidos, aunque vayamos despiertos.

Reiteran mucho el hecho de que vamos dormidos. Y como maestros que fueron, ellos señalaron el camino, y nosotros mismos debemos transitarlos.

¿qué diferencia hay entre un sueño y la realidad cuando estamos dormidos?

Por dormidos, caemos en trampas, en hábitos. Nos convertimos en una especie de robot, y cualquiera nos puede programar a su antojo. Si bien alguien quiere provocar que te enojes, tú, dormido, caes en la trampa. Si alguien quiere hacer algo de ti (sea hasta tu propia madre) tú, por dormido, serás como ellos quieren que seas.

Y tal vez un día dudes. Tal vez un día decretas que no caerás en la trampa de los demás, y te mantienes alerta y de seguro no caíste en la provocación del enojo (tomo el enojo como ejemplo) pero en la noche, al irte a dormir, sueñas que mataste a alguien por causa de un enojo. El problema sigue y de hecho, ha crecido.

Todo lo que hacemos en vigilia (despiertos) crea el modelo de lo que serán nuestros sueños.

Y ser un individuo despierto (iluminado) significa liberar todo el subconsciente hasta el punto en que ya no necesitarás soñar.

Y aunque quieras reprimir un hábito, en la noche soñarás que libremente haces eso de lo que te reprimiste durante el día.

Estudiar axioma trascendental: como es afuera, es adentro

Por cierto, axioma significa: algo que no necesita demostración.

Buda, Jesus, zoroastro, mahoma... Fueron maestros despiertos. Reiteraban que estamos dormidos. Que la iluminación llega cuando Despertamos. Nombro a algunos, pero han sido muchos los maestros que han tratado de enseñarnos que estas tan dormido, ni siquiera sabes que dios es amor.

Y aunque fueron hombres de antaño, sin mucha ciencia en el mundo, ya habían descubierto el secreto de lo esencial.

Hoy en 2016 ya hay muchísimas personas "despiertas". Pero en comparación con el resto, siguen siendo pocos.

Qué es lo que nos hace despertar?
Qué hay en mi ser, que es más grande que mi cuerpo y mi mente?
Qué es aquello que hace despertar a mi mente y cuerpo?

Algunos le llaman conciencia, otros, espíritu. Subconsciente (espíritu encerrado en el cuerpo) y a medida que lo vas re-conociendo, se va liberando, creando una conciencia cada vez más grande.

El espíritu domina a la materia. No es la mente, no es el cuerpo. La conciencia es nuestro superior.

Es una energía que tenemos dentro, que aunque no pueda verse, tocarse... Sabe que está aquí y ahora, sin valerse de sentidos para comprobar que está aquí y ahora, valga la redundancia.

La conciencia despierta en meditación. Aunque a veces tenemos destellos de ella. A veces dudamos de la realidad. A veces, la conciencia se hace notar, para que le reconozcas y pueda ser libre.

Al meditar (trabajo difícil) logramos aquietar la mente. Cuando eso pasa, es como si tumbaramos esa muralla hecha de papel que nos impedía poder ver más allá. Con esto, quiero decir que lograrás visualizar por ti mismo, todo lo que tu ser es (físico, mente, conciencia, corazón). Y aunque cada quien toma un camino distinto, siempre nos encontramos en un solo punto de llegada. Una persona despierta, reconoce a otra persona despierta, y siempre nos encontramos en el mismo punto, aunque cada quien tenga una experiencia propia (no sé si me explico).

A mí me ha costado 6 años de meditación llegar hasta este punto. Un punto en el cual puedo tener sueños lúcidos a mi antojo (despertar dentro de un sueño) y en ese sueño, crear a mi antojo (incluso evocar recuerdos de infancia). 6 años de meditación me costó despertar la facultad de la compasión. Crear el puente entre mente y cuerpo (saber cuándo me voy a enfermar y curarme sin tomar un medicamento). 6 años de meditación me costó re-conocer mis defectos, diferenciar mi voz esencial de la voz de mi ego. 6 años de meditación me ha despertado la facultad de la paciencia. 6 años de meditación me ha llevado al encuentro con dios, el encuentro con ese "nada" que yo aseguraba que no existía cuando me hice ateo, por lo que ahora pude comprender el pasaje bíblico "qué temeís? hombres de poca fe". 6 años de meditación me ha permitido estudiar las escrituras sabias (sagradas) y creeme cuando te digo, amigo, que no puedes leer siquiera la biblia, si acaso no haz meditado nunca.

6 años de meditación me han hecho capaz de amar (amarme) y respetar (respetarme). Incluso incapaz de matar a una cucaracha. Incluso capaz de confiar en el más mentiroso. Incluso capaz de amar hasta a un corazón de piedra. Porque he descubierto la fuente inagotable desde donde todo procede, porque soy un sol en pleno medio día, alumbrando a todos los seres, sean justos o malos.

6 años de meditación me han dado la libertad de ser lo que yo quiera ser.

Me gusta mucho la analogía de que meditar es como ser ingeniero en informática, y tendrás acceso a tu propio sistema operativo, y podrás detectar y eliminar tus virus, y podrás instalar nuevas apps, y podrás recordar viejas imagenes guardadas, y podrás borrar archivos innecesarios. Y podrás explorar el universo que todos somos por dentro (y por fuera).

No es fácil, de hecho, no creo que exista algo más difícil que meditar. Conocerse a sí mismo, vencerse a sí mismo, no hay nada más difícil.

Y seguiré hasta el fin de mis días.