Me Siento Viejo
Cada cumpleaños es un refrán más. Cada día es agradecer como si fuera el último. Cada compartir es entregar todo lo que tenga. Cada angustia es una meditación. Cada dolor me saca el agua que tengo en el cuerpo. Cada risa hace que brillen mis ojos. Cada momento en soledad es bendito. Cada momento en compañía es el regalo más grande. Cada segundo con mi madre es amarle en silencio. Cada segundo con mis hermanos es pensar que ésta casa se derrumba si no estuvieran ellos. Cada error cometido me impulsa a la virtud. Cada virtud alcanzada me lleva a la humildad. Cada libro leído me enseña que hay cosas que no se pueden escribir. Cada libro leído te exige una condición. La condición es ser una persona de buena educación, una persona con valores. Que sepa comportarse en casa ajena y en casa propia claro, que sepa agradecer los buenos gestos y apartarse de las malas costumbres. Que sepa ser amigo, dar los buenos días a personas desconocidas, saber comer en compañía en una misma mesa, respetar la opinión ajena y dar a conocer la opinión propia, alzar la voz en caso de injusticia, molestarse cuando se sienta ofendido, que no pretenda ser monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Cosas que no pueden enseñar los libros, porque la buena educación y las buenas costumbres están a cargo de nuestros padres. Si tus padres son unos mal educados, tus abuelos también lo son. Y no hay nada más horroroso que una persona sin modales y educación, sin importar que sea inteligente o millonario. La base de toda persona digna de ser humana es la educación. Si acaso no le dan educación en su casa, para eso me estoy preparando, para salvar lo más que pueda en un aula de clases.
Cada vez me siento más viejo. Anciano. Me molestan las cosas que hacen los jóvenes necios. Pero no estoy en contra de ello, yo también he sido un joven necio. Creo que aún sigo siendo necio, pero con una diferencia. Soy necio porque quiero aprender, aprender rápidamente como si me fuera a morir mientras escribo esto.
Cada persona llegará a ser mejor pero a su propio ritmo. El joven necio es un paso importante, pero es solamente un paso. Hay algunos que se quedan para siempre en esa etapa. Tendrán 40 años, hasta hijos, pero siguen siendo necios, como el bebé malcriado que hace berrinches para conseguir lo que quiere. De todas formas no puedo hacer nada, como dice un dicho que me gusta mucho "La tierra soporta a todos los seres que crea". Tanto nos ama la tierra, porque yo no los soportaría. Hablar de amor incondicional, por más viejo que me sienta, todavía no llego a ese máximo nivel.
Como todo viejo, me sorprendo de la nueva generación. De verdad que van a destruir el mundo. Eran como yo cuando tenía 12 años, pero peor! es decir, con los problemas más agudizados. No sé si el culpable de tanta mierda sea la TV, pero tiene mucha responsabilidad. Parafraseo un monólogo "Ver televisión en la tarde, es como ir al paraíso de la depresión". Pero no solamente en la tarde. Ver televisión a cualquier hora es deprimente. No hablo como si yo no viera televisión, discúlpenme, yo solamente veo televisión para ver el deporte que me gusta. Mi enfoque es contra los "reality show", esas mierdas que hacen creer que la vida es perfecta, y que las kardashian son felices y todos son felices detrás de esas cámaras. Pero yo te voy a decir una vaina, muchos de esos "artistas" que la televisión te hace adorar, llevan una vida miserable. La mayoría se mantiene de pie porque están sumisos en placeres "drogas, sexo, blablabla", pero no son más que tú, de hecho, tú tal vez seas más feliz que esas personas que parecen perfectas en un reality show. Tantas cosas que me he dado cuenta. Y me perdono si en estas letras sueno criticón, pero es que me da arrechera. La juventud venezolana sumisa en placeres y miedos, la culpa es de sus malos maestros, de sus padres sobreprotectores, de tanta competencia o de tan poco quererse. No me vengan con eso del bullying. Toda la vida ha existido y si ahora es que le vienen a prestar atención, es para sacar lucro de ello "$$$$" y nada más. El bullying hace que tengas las bolas de defenderte, y si no lo haces es porque eres un cagao' y nadie más tiene la culpa sino tú mismo.
Soy un viejo, pero tengo 22 años. Mientras rumbeo estoy pendiente de limpiar el desastre que dejan, de que no se vuelvan locos, de que no peleen. Estoy pendiente de que la pasen bien, porque si todos la pasan bien, eso es suficiente para que yo la pase bien. Como todo viejo, como si yo ya hubiese disfrutado bastante.
Hoy joven, con tanta vitalidad y energía. Sin mucha arruga, sin canas. Pero por dentro soy un anciano. Disfruto como un anciano, insisto, como si me fuera a morir mientras escribo esto. Por eso mismo siempre estoy a la altura de la circunstancia, porque si me muero mientras estoy en cierta circunstancia, habré dejado todo, habré dado todo de mí. Me daré dos golpes en el pecho con mi puño derecho, como señal de intensidad y valor de este corazón que físicamente lleva el tamaño de mi puño, pero que yo alimento como si algún día se abriera paso fuera de mi pecho y me llevara de la mano a un sitio donde todos sean felices.
Tal vez cuando llegue a viejo, volveré a escribir aquí. Pero ahora para decirles que aunque arrugado y canoso, soy un niño feliz!
