domingo, 11 de febrero de 2018

Callejones Estrechos

Se prefiere el verdadero poder, el de ser siempre amable. Es claro que se necesita enorme energía y esfuerzo para lograr el cambio en uno mismo, dejar de ser herido e hiriente, estar suficiente-mente- despierto para captar el momento en que suceden las cosas, estar despierto y estar presente cuando en una situación conflictiva mantienes la calma, porque comprendes que se te abren dos caminos y debes elegir cuál transitar: el camino difícil y estrecho que es la paz, o el camino fácil y llano que termina en un barranco.

No puedo agregar nada más. Todos van tres pasos por delante. Me da tranquilidad, no habré llegado cuando ya los primeros estén festejando. Llegaré de último, sin nada. En el transcurso del día, cuando las cosas suceden, estoy en una montaña, aunque estoy ahí sucediendo también con el fluir de los acontecimientos.

En los callejones estrechos te espero, ahí seguro nos encontramos. Esta semejante astucia me la hicieron y solamente pude reír, mis ojos grandes viendo ríos de estrellas.

Los mensajes de la ciudad es que la mayoría tiene múltiples trabajos. Es una pérdida de tiempo, ya lo hice, Incluso corriendo contra gacelas.

Mejor no preocuparse por sus métodos no convencionales, esos callejones que te ponen el mundo de frente por segundos.

Yo sé que es incómodo y pesado. Dos perfectos sinónimos de la mente. Hay que trabajar. La paz no es descanso, La Paz es un trabajo.

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