viernes, 28 de octubre de 2016

De mí para mí.

Me siento triste. No recuerdo haber estado tan triste como lo estoy ahora. Jamás.

Me siento responsable de todos: de mi mamá, de mis hermanos, de la chamita que paow y hasta de mis amigos. Hasta del nivel macro me siento responsable, es decir, de mi país.

Vengo saliendo de una relación y me ha dejado un dolor muy grande: no pude dar el salto. Ese salto del "querer" a "amar". No pude saltar. Eso me ha dejado un hueco, una decepción tan grande conmigo mismo, por no poder.  Me digo: "has encontrado a una pareja que te quiere, que está dispuesta, y tú lo echas todo a la mierda por no tener corazón para amarle" y por eso sufro y sufro. Me odio a mí mismo. Y pensar en hacerle daño, me hace odiarme más.

Tengo pocos amigos, y cada vez la distancia que nos separa es más grande. Los amigos que me quedan cerca, están sufridos, la situación les ha pegaso fuerte en el bolsillo, y he dejado de fumarme un cigarrillo, o de fumarme un porro para dárselos. Si pudiera, los ayudara monetariamente, pero no puedo, con mi trabajo apenas me alcanza para mantenerme a mí mismo. Eso me tiene triste, deprimido.

Mi hermano mayor se fue a Ecuador a buscar otra vida (y aunque no lo extraño) estoy permanentemente rodilla en tierra, pidiendo a dios que por favor le de fortaleza, que lo ayude, que lo cuide...

Mi madre también viajó, pero de vacaciones. Ella necesita ese viaje más que cualquiera. Es una mujer que se ha ganado la vida con sus manos, pero que aunque tenga lo material, le falta el calor humano (ha sufrido muchos desamores y tiene al menos 8 años que nadie la besa) y eso me entristece. He tratado de darle todo mi amor y cariño siempre ignorando el dinero de por medio. No quiero que me regales cosas madre, solamente quiero que me hagas feliz siendo tú una mujer feliz. Te lo juro, es lo único que quiero. Se lo digo cada vez que la encuentro suave (es una mujer de carácter muy fuerte). Le he escrito cartas. Le cuesta mostrar sus sentimientos. Padre que estás en el cielo, por favor, dale felicidad y amor. Si quieres, sacrifica mi corazón para que lo tenga ella, por favor.

Mi hermana se quedó encargada de la casa mientras mi madre no esté. Y puedo notar su nerviosismo, es primera vez que es cabeza de casa. Yo la espero en las noches simplemente para escucharla. Hoy me contó un brollo que pasó en Maracaibo... en fin, que yo te estoy cuidando hermana, y que paso las madrugadas con insomnio vigilando la casa. Al menor ruido ya estoy alerta... Te estoy cuidando hermana.

Tantas cosas que se me vienen encima... Además la situación del país. Es alarmante, las calles están deprimidas, la gente ya no ayuda a nadie, mas bien, se hacen daño unos a otros. Yo veo esa mala energía, esa depresión... y mi ser, la absorbe.

Pues bien, cada quien ha de vivir su vida, yo no debería sentirme así.

Pero no puedo.

Me siento responsable de todos.

Pero de mí no me siento responsable. Me he encomendado a dios. Me estoy sacrificando, por el bien de ellos.

Tal vez para nada.

Pero hay algo en mí que es más grande.

Y aunque me tenga deprimido, al borde del abismo...

Aunque me he quitado el bienestar, y de tristeza se esté llenando mi vaso, gota a gota...

Llegará.

Yo sé que llegarás.

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